Santa Dafrosa de Roma, Viuda y Mártir. Siglo IV

Nace en la actual Sevilla. Después del martirio de su marido es desterrada y al volver encarcelada. La obligan a casarse con la esperanza de que cambie, pero convierte a su marido, después mártir. Al enterrarlo se gana el martirio.

Una mente inquieta

Hace unos años, Steve Jobs, fundador de Apple, daba una conferencia en Stanford. A aquellos estudiantes a punto de graduarse les contaba tres relatos autobiográficos. El tercero era éste:

«Cuando tenía 17 años, leí una cita que decía más o menos lo siguiente: “Si vives cada día como si fuera el último, algún día seguramente tendrás razón”. Me impresionó. Desde entonces, los últimos 33 años, cada mañana me he mirado en el espejo y me he preguntado: “¿Si hoy fuese el último día de mi vida, querría hacer lo que estoy por hacer hoy?” Y cada vez que la respuesta ha sido “No” durante demasiados días seguidos, sé que debo cambiar algo.

»El recordar que estaré muerto pronto es la herramienta más importante que he encontrado para ayudarme a tomar las grandes decisiones en la vida. Porque casi todo —todas las expectativas externas, todo el orgullo, todo temor a la vergüenza o al fracaso—, todas estas cosas simplemente desaparecen al enfrentar la muerte, dejando sólo lo que es verdaderamente importante. Recordar que uno va a morir es la mejor manera que conozco para evitar la trampa de pensar que hay algo por perder. Ya se está indefenso. No hay razón alguna para no seguir los consejos del corazón.

»Me diagnosticaron un cáncer hace un año aproximadamente. Me practicaron una tomografía computada a las 7:30 de la mañana, y claramente mostraba un tumor en mi páncreas. Yo ni sabía lo que era el páncreas. Los médicos me dijeron que éste era seguramente un tipo de cáncer incurable, y que no llegaría a vivir más de tres a seis meses. Mi médico me aconsejó ir a casa y arreglar mis asuntos, que es el código médico para prepararse para morir.

»Quiere decir que hay que tratar de explicarles a los hijos todo aquello que pensaba que iba a tener diez años para contarles, en pocos meses. Significa asegurarse de tener todo puntualmente arreglado de modo que sea lo más fácil posible para la familia. Significa empezar a decir adiós.

»Pasé el día entero con ese diagnóstico. Luego por la tarde me realizaron una biopsia en la que introdujeron un endoscopio por la garganta, a través del estómago y hasta los intestinos, pusieron una aguja en mi páncreas y retiraron algunas pocas células del tumor. Estaba sedado, pero mi esposa, que estaba allí, me dijo que cuando vieron las células bajo el microscopio los médicos comenzaron a gritar: resultó que era una forma muy rara de cáncer pancreático que se cura mediante cirugía. Me realizaron la cirugía y estoy bien ahora.

»Fue lo más cerca que me encontré de la muerte, y espero que sea lo más cerca que me encuentre por varias décadas. Habiendo pasado esto, con un poco más de seguridad que cuando la muerte era un concepto útil pero puramente intelectual, les puedo decir lo siguiente: Nadie quiere morir. Aun la gente que quiere ir al cielo no quiere morir para llegar allí. Y sin embargo la muerte es el destino que todos compartimos. Nadie ha logrado escapar. Y así es como debiera ser, porque la muerte es muy probablemente la única mejor invención de la vida. Es el agente de cambio de la Vida. Retira del camino lo viejo para dar paso a lo nuevo. En este momento lo nuevo son ustedes, pero algún día no demasiado lejano, gradualmente, se convertirán en lo viejo y se les sacará del camino. Lamento ser tan dramático, pero es realmente cierto.

»Su tiempo es limitado, así que no lo malgasten viviendo la vida de otro. No se dejen atrapar por el dogma —que implica vivir con los resultados de las creencias de otros—. No permitan que el ruido de otras opiniones ahogue vuestra voz interior. Y lo que es más importante, tengan el coraje de seguir a sus corazones e intuición. De algún modo ellos ya saben lo que ustedes realmente quieren llegar a ser. Todo lo demás es secundario.»

Steve Jobs terminaba la conferencia hablando de un libro que le marcó durante su juventud: «En la tapa de la edición final había una fotografía de un camino rural a primeras horas de la mañana, del tipo de ruta que ustedes caminarían si fueran tan aventureros. Debajo de la foto aparecían las siguientes palabras: “Si no se tiene avidez por el conocimiento, no se conocerá el éxito”». Era su mensaje de despedida al anunciar el fin de la publicación.

«Si no se tiene avidez por el conocimiento, no se conocerá el éxito. Y siempre he deseado eso para mí. Y ahora que ustedes se gradúan para empezar de cero, deseo eso para ustedes. Si no se tiene avidez por el conocimiento, no se conocerá el éxito.»

Podemos aplicarlo a este año que hemos empezado: ¿si hoy fuese el último día de mi vida, querría hacer lo que estoy por hacer hoy? ¿Lo viviría así? El Señor nos lo dice: «No os afanéis por el mañana» (Mt 6, 31). ¡Tenemos que vivir la vida, aprovecharla al máximo! Que no la malgastemos viviendo la vida de otro, que no apaguemos la voz de nuestro interior, que no seamos mediocres.

Jesús, que todos los cristianos del mundo aprovechemos este año, cada uno de los días de este año. Que sigamos lo que nos dice el corazón y la conciencia. Que hagamos realidad lo que nos gustaría o sabemos que puede ser: ¡con coraje! Que lo aprovechemos, conscientes de que este tiempo es un regalo que nos concedes con tantas ilusiones…

Ahora puedes seguir hablando a Jesús y María con tus propias palabras, comentándole algo de lo que has leído. Después termina con la oración final.

 

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