San Juan el Ibérico, abad. Siglo X-XI

Fue un comandante casado pero lo dejó todo y se marchó como monje al Monte Olimpo de Bitinia. Fundó un monasterio en el monte Atos, del que fue abad.

Lleva a tu cocinero

En la prensa has podido leer muchas veces esta noticia: en ciertos acontecimientos deportivos algunos atletas e incluso selecciones enteras llevan al país donde se desarrollan las competiciones sus propios cocineros, sus propios menús e incluso sus propios alimentos. Nadie quiere que otros alimentos o modos de preparar la comida puedan perjudicar a la actuación y al rendimiento de sus deportistas.

Nosotros tenemos que hacer lo mismo en este sentido: los cristianos llevamos nuestro ambiente allá donde vamos, y ese ambiente se nota en que llevamos alegría y paz, empeño por hacer felices a los demás.

Me gustó mucho la carta que recibí de un amigo. Estaba ingresado en prisión. Le cambiaron de cárcel, y me escribía recién llegado. Después de escribir que de algunos cristianos había aprendido a darlo todo por nada, continúa:

«Incluso aquí dentro de prisión yo intento ayudar a compañeros que tienen la maldita enfermedad que padecemos todos y me he metido a vivir en una celda con el compañero que está muy mal, pero en todos los sentidos. Está rebajado y no baja al patio y se está comiendo mucho la cabeza, ha llegado incluso a pensar en el suicidio y desde que llevo aquí, en dos semanas, dándole cariño y compartiendo con él mis ganas de vivir, el chaval ya empieza a comer poco a poco.

»Cuando hace buen tiempo paseamos y sólo con verle reír yo me siento pagado y me llena de alegría, pues yo he pasado por la misma situación. Pero en la calle le comento cómo hablo yo con el Chuchi [así se llama a Jesús], y se ríe cuando le digo que algunas veces al Chuchi le hecho la bronca por haberme puesto otra prueba y la supero pero con picardía. Él me escucha cuando rezo mis oraciones y tengo presente a todas las personas y que al final siempre, por cizañar (cabrearle un poco), pido por él. Me dice que haber cuándo lo hago el primero en la lista y yo le contesto que no es necesario que el sea el primero pues el Chuchi nos tiene a todos por igual. Sólo con esto yo ya estoy pagando a gusto.

»He conseguido haciendo escritos a instituciones penitenciarias para que se lo lleven a Valencia y esté más cerca de su familia y esté mejor atendido, y aunque yo no tenga dinero para fumar ni tomar café, puesto que yo soy indigente, ya me siento a gusto conmigo mismo.»

¿No te parece un testimonio impresionante? Esta carta la he releído muchas veces, y siempre me maravilla. Así es el cristianismo: sea cual sea nuestro pasado Dios sigue amándonos, y nosotros llevamos su paz y alegría a los que tenemos al lado, con toda naturalidad.

Cuento con tu ayuda, Jesús, y con tu imaginación para saber convertir el ambiente en el que estoy en un ambiente cristiano. Que los cristianos llenemos de alegría el mundo. Los demás necesitan encontrarse con nuestra sonrisa. Que no lo olvidemos, Jesús. Que nos ocupemos de hacer la vida agradable a los demás: que por ver sonreír a cualquiera estemos dispuestos a cualquier cosa. Santa María, causa de nuestra alegría, ruega por nosotros.

Ahora puedes seguir hablando con el Señor con tus propias palabras. ¿Llevas tu ambiente, o te sumas al estilo que otros han creado? Él te ve, te escucha y te comprende. Procura terminar con un pequeño propósito.

 

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