San Sixto II, XXIV Papa. Siglo III.

De origen griego, sucedió al Papa San Esteban. Tuvo una reconciliación con San Cipriano, pero no hubo tiempo para profundizar un diálogo, pues se debió enfrentar a una nueva emergencia: Valeriano desató una segunda persecución contra los cristianos.

Los enamorados

Señora de rojo sobre fondo gris relata de forma biográfica la historia de amor de Miguel Delibes, recuerdos de la vida con su mujer, muerta a los 48 años. Todo el libro es una lección de humanismo y madurez de amor. No aparecen acontecimientos espectaculares, pero sí muchos y frecuentes sucesos modestamente grandiosos. Un ejemplo es éste, en el que evoca los ratos diarios que seguían a la comida:

«En aquellas sobremesas, empleábamos palabras ambiguas, solapadas. Ninguno de los dos éramos sinceros pero lo fingíamos y ambos aceptábamos, de antemano, la simulación. Pero las más de las veces, callábamos. Nos bastaba mirarnos y sabernos. Nada importaba los silencios, el tedio de las primeras horas de la tarde. Estábamos juntos y era suficiente. Cuando ella se fue todavía lo vi más claro: aquellas sobremesas sin palabras, aquellas miradas sin proyecto, sin esperar grandes cosas de la vida, eran sencillamente la felicidad.»

Otro de sus recuerdos nos ayuda a descubrir la grandeza de amar en lo material, cotidiano e insignificante:

«Durante el semestre que pasamos en Washington, en casa de los Tucker, yo comía poco y enflaquecía. No me adaptaba a la comida ni al horario americanos, y tu madre, que conocía mi aprensión, me metía el botón del cuello de la camisa cada cierto tiempo, para que no lo advirtiera. Te parecerá cómico, pero en la clínica (mientras le acompañaba en su enfermedad) no lograba arrancar este recuerdo de mi cabeza. ¿Cómo no valoré antes este detalle? Cuando las cosas de este tenor se están produciendo no les das importancia, las consideras normales. Incluso te parece ridículo el reconocimiento ante los allegados. Pero un día falta ella, se hace imposible agradecerle que te metiese el botón de la camisa y, súbitamente, su atención deja de parecerte superflua para convertirse en algo importante. En la vida has ido consiguiendo algunas cosas pero has fallado en lo esencial, es decir, has fracasado.»

El amor-tranquilo permite disfrutar de emociones más estables, más hondas, más altas. La vida ordinaria resulta llena de sentido por la presencia de este amor.

Necesitamos aprender a apreciar lo esencial. Necesitamos vivir esas épocas de amor en las que «se percibe mejor la arquitectura». Las hojas caen: el árbol se deja ver. Está orientado hacia la altura y sus ramas, como dice Rilke, son «raíces sorbiendo cielo». Se aprecia lo esencial. Qué buen mes para aprender a amar así.

Señor Jesús, enséñanos a amar. Que no confundamos el amor con la pasión. Que sepamos darnos, que los cristianos —cada uno, yo mismo— seamos maestros del amor, que con nuestra vida propaguemos tu mandamiento: amarnos como tú nos has amado. Que seamos detallistas y nos esforcemos por ser ingeniosos al darnos a los demás en detalles aparentemente superfluos; al mismo tiempo, que reconozcamos y valoremos los detalles que tienen con nosotros.

Ahora puedes continuar comentando lo leído con tus palabras. Mira a ver si eres detallista. Después, termina con la oración final.

Ver todos Ver enero 2022