Los santos inocentes

Esta fiesta viene en memoria de los inocentes, que mandó matar Herodes, queriendo deshacerse de Dios recién nacido. En recuerdo de todos los que murieron y mueren prematuramente o en edad de la inocencia.

Los inocentes. ¿Trae paz o espada?

Jesús ha nacido. Dios comunica en sueños a José que coja al Niño y a su Madre y huyan a Egipto. Esa misma noche le dice a María que deben irse. No entenderían nada, pero entienden lo suficiente: «Lo nuestro es la fe, pensarían. No tenemos por qué pedir explicaciones a Dios: él tiene sus planes y lo nuestro es dejamos llevar por él, darle nuestra colaboración con un alegre e incondicional Sí.»

Entonces tiene lugar una gran matanza de todos los menores de dos años por orden de Herodes (Mateo 2, 16).

¡Resulta sorprendente! Es Dios de paz, y nada más nacer provoca una matanza. Es Dios de paz y siendo todavía niño ya es causa de muchas muertes.

Dios es el amor, y dice: no he venido a traer la paz, sino la guerra. No he venido a traer la unión, sino que por mi causa habrá división, y a causa de mí los padres estarán contra los hijos, y los hijos contra los padres, etcétera.

¿Por qué esto? ¡Parece contradictorio! Pero si prestamos atención veremos que no lo es. Lo que ocurre es que hemos deformado el sentido de lo que es el amor. Lo hemos convertido en una especie de palabreja romántica, rosa, poética. Y no es así.

Amor habla de realizar un ideal, de lucha por conseguir, de combate contra el egoísmo, de conquista de la unión entre varios que son distintos, de defensa de la libertad, de esfuerzo por ser fiel a los compromisos adquiridos, de cansancio en el esfuerzo por darse, de paciencia con los defectos del otro y con los propios… Amor lleva siempre sangre.

No han entendido a Cristo quienes pretenden ser de Dios y contentar siempre a todos y a él mismo, quienes pretenden compaginar seguir a Cristo y llevar una vida cómoda. Es incompatible seguir a Cristo y ser burgués, frívolo o comodón.

¿Quieres seguir estando con Dios? Si sigues con Él, serás causa de división. Dios te complicará la vida. ¡Y puedes olvidarte de ir a tu rollo o montártelo! A la vez tendrás «Amor, Alegría, Paz, Paciencia, Afabilidad, Bondad, Fidelidad, Mansedumbre, Templanza» (Gálatas 5, 22-23). Las tendrás pero en serio, no de «aspirinas».

Otra cosa: ¿no te parece que hoy es un buen día para pedir por todas las víctimas del aborto? Inocentes que sufren una gran injusticia. Pedimos, sobre todo, para que Dios nos ayude a terminar con esta plaga que nos hace tanto mal. Como decía Teresa de Calcuta: «El más grande destructor de la paz es el aborto porque, si una madre puede matar a su propio hijo, ¿qué nos queda a nosotros, matarte a ti y tú matarme a mí? No nos queda más que eso. Es muy pobre decidir que un niño debe morir para que tú puedas vivir como lo deseas”.

Los mártires Inocentes proclaman tu gloria en este día, Señor, no de palabra, sino con su muerte; concédenos, por su intercesión, testimoniar con nuestra vida la fe que confesamos de palabra. Por nuestro Señor Jesucristo.

Quizá te ayude repasar lo leído, y mirando un Niño comentarle, preguntarle, aprender… y darle un beso al final prometiéndole que tu amor derramará sangre cuando sea necesario.

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