San Benigno, Presbítero y Mártir. Siglos III-IV.

De Todi (Italia), el obispo Ponciano lo consagró presbítero. Durante la persecución de Maxiliano y Diocleciano, socorre a los presos, los débiles y los torturados. Fue apresado y martirizado hasta su decapitación.

La rosa blanca

Los nazis encontraron un movimiento de resistencia llamado Rosa Blanca. Vale la pena ver la película Sophie Scholl, o leer el libro La Rosa Blanca. No era ninguna asociación, sino un grupo de amigos. Tenían decidido vivir la vida apasionadamente. Uno de ellos, Inge Scholl, escribe: «En un determinado momento uno —mientras jugaba con la cera que goteaba de las velas— comenzó a hablar del hambre, subrayando lo misterioso que es el hecho de que tantos hombres no sientan hambre de cosas espirituales. Es posible que no se asusten jamás, que no se pregunten: «¿Por qué? ¿De dónde procede esta inquietud interior, esta sutil tensión?» ¡Ah, claro! Y saben inmediatamente cómo escabullirse […]. Tapan esta pequeña voz interior con muchas cosas, en vez de detenerse y preguntarse simplemente: «¿Porqué?»

Cuando vieron lo que hacían los nazis en su país no se conformaron. Se opusieron como pudieron. En una imprenta clandestina sacaban panfletos subversivos que repartían por la universidad. Uno de ellos escribía a su novia: «… se abren delante de ti precipicios, la noche más oscura rodea mi corazón que busca, pero yo me arriesgo… Qué grande es la frase… “la vida es una gran aventura hacia la luz.”» Se arriesgó, y a los dos días les pillaron.

Encarcelados, se dictó sentencia: «Por medio de panfletos los acusados han incitado, en tiempo de guerra, al sabotaje de los armamentos y al derrocamiento de la forma de vida nacionalsocialista de nuestro pueblo, han difundido ideas derrotistas y han ultrajado al Führer de la manera más vulgar. De este modo han favorecido al enemigo del Reich y han minado nuestro potencial de defensa. Por ello se les condena con la muerte. De ahora en adelante han perdido irrevocablemente sus derechos de ciudadanos.»

Alexander escribe a su novia: «Querida mía, ¡querida Natascha! Quizá te asombrará si te escribo que dentro de mí cada día estoy más tranquilo, incluso alegre y sereno, y que mi humor muchas veces es mejor de lo que era cuando estaba libre. ¿Cómo es posible? Quiero contártelo ya: toda esta grave “desgracia” era necesaria para que alcanzase el camino correcto. […] De hecho, ¿Qué sabía hasta ahora de la fe, de la verdadera y profunda fe, de la verdad, de aquella última y única verdad, de Dios? ¡Muy poco!»

Esta pandilla de universitarios amigos compartían un principio: la vida hay que vivirla, no simplemente gastarla. Resulta luminoso conocer este pequeño detalle: uno de ellos escuchaba cada mañana a su padre recitar delante del espejo:

Resistir siempre a las fuerzas contrarias;

no doblegarse jamás,

mostrarse poderosos;

 invoca el auxilio de los dioses.

Sus hijos se reían de esta rutina de su padre, pero habían mamado este espíritu.

Es importante que resistamos. Un libro escolar de entonces ponía este problema de matemáticas: «Un enfermo mental cuesta aproximadamente 4 marcos por cada día de hospitalización, un lisiado 5,50 marcos… En muchos casos un empleado cabeza de familia gana… menos de 3 marcos, un trabajador no cualificado ni siquiera 2 marcos. Calcula estas cifras:

a) Según un cuidadoso estudio, en Alemania se atiende a 300.000 enfermos mentales, epilépticos, etc. Al coste de 4 marcos al día ¿cuánto cuestan en total cada año?

b) ¿Cuántos subsidios familiares de 600 marcos, sin considerar los reembolsos, podrían concederse cada año con ese dinero?»

¿No te parece que es brutal? ¿Pero no te parece más brutal que tantas personas normales pasasen por el aro? Ojalá todos los cristianos seamos rebeldes ante las injusticias. Un testigo que asistió al juicio decía después: «El comportamiento de los acusados causó, y no sólo a mí, una profunda impresión. Allí delante estaban hombres llenos de sus ideales. Sus respuestas a las preguntas algo insolentes del Presidente, que durante toda la audiencia se comportó más como acusador que como juez, eran tranquilas, controladas, claras y valientes.»

Todos los hijos de Dios tenemos que recorrer el mismo camino, como escribía uno de ellos al recordar la muerte de sus compañeros:

«Esto no debe impedirnos ni estar contentos ni pensar con alegría en aquellos que han sacrificado su vida. Muchos de ellos lo han hecho, como Christl y los hermanos Scholl…

»Sí, ¿cómo expresarlo en este momento con palabras? Nunca se va al encuentro de la muerte con alegría, pero sí con la percepción de haber cumplido aquello a lo que has sido llamado.

»Sólo puedo desearos a cada uno que cuando por la noche penséis en la jornada transcurrida, tengáis la percepción de haber hecho aquello a lo que habéis sido llamados.»

Señor, Padre nuestro, tú eres el padre de todos. Todos somos hermanos y no podemos quedarnos con los brazos cruzados ante las injusticias que sufren otros. Recordar a los jóvenes de Rosa Blanca sería inútil si no intentáramos entender que también a nosotros la libertad nos exige estar dispuestos a realizarla nos cueste lo que nos cueste. Por ejemplo, Padre, ayúdenos a no acostumbrarnos a la brutalidad del aborto. ¡Cómo podemos unos hombres atentar contra la vida de otros! Danos al grupo de mis amigos el espíritu que tenía el grupo de amigos de la Rosa Blanca. Que no nos dobleguemos, que arriesguemos la vida, que resistamos a lo malo…

Comenta ahora con tus palabras, y manifiéstale deseos…

Ver todos Ver enero 2022