San Lorenzo de Brindis, Doctor de la Iglesia. 1559-1619
Ingresó en el convento de los capuchinos de Verona a los 16 años. Conoció a fondo la Biblia, predicó en diversas ciudades de Italia y ayudó en Roma con la conversión de los judíos. También fue nombrado capellán general del ejército.
¡Puedo más!
Llevamos varias horas caminando un día de excursión. Lo que al principio eran suaves pendientes pronto se ha trasformado en fuertes subidas que cansan mucho. Hace más frío. Quizá en esos momentos nos viene a la cabeza machaconamente, una y otra vez: «¡No puedo más!» Pero sólo uno de nosotros se atreve a manifestar con sencillez un curioso pensamiento: «Desde que pienso por primera vez que no puedo más hasta que realmente no puedo más, puedo muchísimo más.» Ingenioso comentario en el que todos nos vimos retratados.
A todos nos pasa en el momento de dificultad: lo más sencillo es decir «no puedo más» y, además, creérselo. Pero realmente también en nuestra lucha personal podemos todavía «muchísimo más».
Sería un buen propósito no decir nunca «no puedo más». Descubrirás el placer de la exigencia y la gozada de conseguir los bienes difíciles: ¡ni comparación con lo facilón!
¿Sabes qué? Que Dios también puede más. Dice san Pablo: «A Dios, que puede hacer mucho más sin comparación de lo que pedimos o concebimos, con ese poder que actúa entre nosotros…» (Efesios 3, 20). Puedes hacer algún pacto con él. Tú no te pararás en el esfuerzo diciendo «no puedo más», y que él tampoco se pare y te dé más de lo que le pidas y de lo que desees.
Dame fortaleza, Señor, para saber superar las dificultades y no dejarme llevar por lo fácil y «por esa extraña compasión» que enseguida siento de mí mismo. Y siempre me viene a la cabeza que verdaderas dificultades son las que Tú has padecido buscando el bien de todos los hombres.
Ahora puedes seguir hablando con el Señor con tus propias palabras. Él te ve, te escucha y te comprende. Procura terminar con un pequeño propósito. Después puedes recitar la oración final.
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